El concepto de alfil «bueno» y alfil «malo» es muy útil a la hora de decidir qué piezas queremos cambiar y cuáles queremos mantener. Para saber si un alfil es malo o bueno, tenemos que atender principalmente a la estructura de peones.
- El alfil malo es el que choca contra su estructura de peones y tiene una movilidad reducida.
- El alfil bueno es al que no le estorban sus propios peones y puede moverse por el tablero libremente.
Para ilustrarlo mejor, vamos a ver un ejemplo:
En esta posición, los alfiles buenos están marcados en verde y los malos en rojo. Si nos fijamos, vemos que los alfiles malos chocan contra sus propios peones y tienen pocas casillas disponibles. Por otro lado, los alfiles buenos controlan muchas más casillas y sus peones no les molestan porque la mayoría están situados en el color contrario.
En el diagrama anterior está muy clara la diferencia entre ambos alfiles. Sin embargo, hay posiciones en las que saber qué alfil es bueno/malo es más complicado.
¿Cómo identificar cuál es nuestro alfil bueno y alfil malo?
Para saberlo, nos tenemos que guiar por la estructura de peones. Generalmente, si tenemos muchos peones en casillas blancas, lo más probable es que nuestro alfil malo sea el de casillas blancas y el bueno el de casillas negras. Aunque es mucho más importante tener en cuenta cuáles son nuestros peones más avanzados y determinar el alfil bueno/malo por medio de éstos. Veamos la siguiente posición:
Aquí el blanco tiene 5 peones en casillas negras y 3 en casillas blancas, por lo que podríamos pensar que nuestro alfil bueno es el de casillas blancas. ¡Pero no, es justo al revés! Si miramos detenidamente la posición, observamos que el alfil de casillas blancas apenas tiene movilidad mientras que el de casillas negras se puede mover libremente. Esto se debe a que los peones más avanzados son los que determinan la estructura. Entonces, atendiendo a esta regla vemos que nuestros peones más avanzados son el de e4 y c4 (ambos en casillas blancas), por lo que nuestro alfil malo es el casillas blancas y el bueno el de casillas negras.
¿Siempre tengo un alfil bueno y otro malo?
¡No, no siempre es así! Este es un concepto general que sirve como guía en la mayoría de posiciones para saber qué piezas son buenas y cuáles no. Sin embargo, hay excepciones en donde nuestros alfiles son igual de buenos (o igual de malos). Vamos a ilustrarlo con un ejemplo:
En esta posición, los dos alfiles del blanco son buenos. Disponen de mucho espacio para moverse y disfrutan de una posición abierta, por lo que ambos son igual de importantes en este caso.
¿Cómo aplicar el concepto de alfil malo y alfil bueno en ajedrez?
Una vez que hemos identificado cuál es nuestro alfil bueno y nuestro alfil malo, podemos aplicarlo para tomar decisiones estratégicas en la partida. Además de saber si nuestras piezas son buenas o malas, también sería conveniente hacer este ejercicio con el rival, ya que nos aporta información extra en nuestra toma de decisiones. Vamos a ver cómo podemos actuar en cada caso.
¿Qué hacer con el alfil malo?
Al ser una pieza torpe y sin mucha movilidad, lo ideal sería cambiarlo por otra pieza rival y así quitarnos el problema de encima. Para aplicar este concepto, vamos a analizar la siguiente posición:
El alfil malo de nuestra posición es el de casillas blancas. ¿Se te ocurre alguna forma para cambiarlo?
Solución
¡Ag4! Obligamos al cambio de alfiles de casillas blancas. Y si te fijas, su alfil de c8 es el alfil bueno del negro. Entonces, estamos cambiando nuestra pieza mala por su pieza buena, ¡definitivamente es un buen cambio!
Aplicando el mismo concepto, deberíamos evitar que el rival nos cambie su «alfil malo» por otra de nuestras piezas.
¿Qué hacer con el alfil bueno?
Simplemente, mantenerlo el máximo tiempo posible en el tablero y maximizar su acción en la partida. Evitar que nos cambien este alfil y colocarlo en las mejores casillas serán los objetivos principales en este caso.
¿Qué hago si solo tengo un alfil?
Si solo tienes un alfil, debes hacer todo lo posible porque sea tu alfil «bueno». Si has asimilado el concepto ya sabrás lo que hay que hacer: colocar los peones en las casillas contrarias a las de tu alfil.
Si el alfil que te ha quedado es el «malo», tienes que hacer todo lo posible por cambiar tu estructura de peones y colocar el máximo de peones en casillas de color opuesto a las de tu alfil. De esta manera estaríamos mejorando nuestra pieza al proporcionarle más casillas libres y menos obstáculos.
El concepto de alfil bueno y alfil malo te ayudará a tomar mejores decisiones estratégicas en tus partidas. ¡Aplícalo y mejora tu juego!