En ajedrez, existen diferentes tipos de posiciones que conviene conocer. En cada una de ellas, las estrategias que funcionan pueden cambiar radicalmente. La forma de afrontar la partida, los planes que elabores o el tiempo empleado en pensar cada jugada puede ser muy diferente en un tipo de posición u otra.
A grandes rasgos, se diferencian tres tipos de posiciones: abiertas, cerradas o semiabiertas.
Posiciones abiertas
En las posiciones abiertas, suele haber mucho espacio para las piezas y la posibilidad de generar ataques fácilmente. Los peones no tienen mucho protagonismo en este tipo de posiciones porque la mayor parte de la acción la van a protagonizar las piezas. Vamos a ver un ejemplo de posición abierta:
Este diagrama refleja muy bien la naturaleza de este tipo de posiciones. Se han cambiado los peones centrales, por lo que se ha dejado mucho espacio para el juego de las piezas, que tienen claramente el protagonismo de la partida.
¿Cómo jugar una posición abierta?
Para jugar bien una posición abierta, se pueden aplicar los siguientes conceptos de manera generalizada:
- Activa tus piezas y no te preocupes tanto por la estructura de peones.
- Trata de buscar ataques al rey siempre que sea posible.
- Piensa en planes a corto plazo y actúa enérgicamente. Aquí no hay tiempo de pensar en largas maniobras para mejorar una pieza, hay que jugar de manera directa.
- Utiliza la táctica, es el tipo de posiciones en donde suelen aparecer más golpes tácticos.
- Usa más tiempo en pensar cada jugada, ya que suele haber muchas amenazas (tanto tuyas como de tu rival).
Posición cerrada
Una posición cerrada se produce cuando no se han cambiado muchas piezas ni peones y hay poco espacio para maniobrar. En este tipo de posiciones, la estructura de peones suele ser inmóvil, es decir, la mayoría de los peones están enfrentados y no se pueden cambiar. Veamos un ejemplo:
Esto es claramente una posición cerrada, los peones centrales están bloqueados e inmóviles, lo que dificulta la movilidad de todas las piezas.
¿Cómo jugar una posición cerrada?
Para jugar posiciones cerradas, puedes seguir los siguientes consejos:
- Maniobra con tus piezas e intenta colocarlas en las mejores casillas. Aquí no importa tanto que sean planes de muchas jugadas porque al ser una posición cerrada, es más difícil que el rival pueda aprovecharlo y preparar un ataque rápido.
- Piensa en planes a medio-largo plazo. La posición cerrada te garantiza una partida relativamente tranquila, por lo que puedes pensar en objetivos a largo plazo.
- Utiliza la estrategia, en este tipo de posiciones no suele tener mucho protagonismo la táctica. Este tipo de partidas se ganan generalmente por estrategia.
- Presta atención a las rupturas de peones. Estas rupturas pueden cambiar por completo la partida, ya que pueden abrir una zona del tablero y generar un ataque decisivo.
- La seguridad del rey es muy importante. En las posiciones cerradas, los ataques al rey son mucho más peligrosos por la dificultad de llevar piezas a la defensa, ¡apenas hay espacio para maniobrar! Procura tener tu rey a salvo y aprovechar la debilidad del rey rival para lanzar un ataque.
- Puedes usar menos tiempo para pensar cada jugada. Generalmente, no hay muchas amenazas o trucos que calcular, así que te puedes centrar en objetivos a largo plazo que requieran de más jugadas.
Posiciones semiabiertas
Las posiciones semiabiertas son una mezcla entre las posiciones cerradas y abiertas. Se podría definir como una posición que no está abierta ni cerrada, sino que está entre las dos. Vamos a ver un ejemplo:
En este diagrama podemos ver una posición semiabierta. Si nos fijamos, no está ni cerrada ni abierta, sino en una zona intermedia. Este tipo de posiciones son las más complejas de jugar, ya que tienes que aplicar una gran variedad de conceptos para jugarlas correctamente.
¿Cómo jugar una posición semiabierta?
Para jugar bien las posiciones semiabiertas, tienes que aplicar conceptos de posiciones cerradas y de posiciones abiertas, debes encontrar el equilibrio entre ambas. Se puede resumir en los siguientes consejos:
- Presta atención a todas las rupturas de peones. Este tipo de posiciones tiende a presentar la mayor cantidad de rupturas, así que debes tener todas controladas y valorar los desequilibrios que se pueden producir.
- Utiliza la estrategia y la táctica. Tienes que encontrar el equilibrio entre estos dos aspectos del juego y saber cuándo usar una o la otra. No es fácil, aunque identificar si la partida está siendo tranquila o enérgica te puede ayudar a pensar de la manera correcta.
- Prioriza los planes a corto plazo sin dejar de lado los objetivos estratégicos a medio-largo plazo. Los trucos, amenazas y ataques rápidos son los más peligrosos y por eso debes prestarles más atención. Sin embargo, tampoco dejes de lado los planes a largo plazo porque también son importantes.
- Utiliza el tiempo necesario para pensar cada jugada y encuentra el equilibrio. Saber en qué momentos la partida es más tranquila o más tensa, te ayudará a saber cuánto tiempo debes usar para pensar en cada fase de la partida.
Identificar el tipo de posición que estás jugando te puede ayudar a afrontar la partida correctamente y orientar tu pensamiento hacia los objetivos acertados. Ten presente este concepto y ¡aplícalo en tus partidas!
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