El ataque a la pieza defensora es una táctica básica que todo jugador de ajedrez debe conocer. Comprender y aplicar correctamente este concepto te puede ayudar a ganar muchas partidas.
¿Qué es una pieza defensora en Ajedrez?
Una pieza defensora es aquella que protege a otras piezas o casillas clave. Estas piezas son esenciales para mantener la fortaleza de la posición. Identificar y atacar las piezas defensoras del rival puede generar oportunidades para ganar ventaja. Para entenderlo mejor, vamos a ver un ejemplo:
En esta posición, el alfil de e5 es una pieza defensora, ya que cubre una casilla muy importante (c7) evitando la entrada de la torre blanca.
¿Cómo eliminar o atacar la pieza defensora?
El funcionamiento de esta táctica es muy sencillo: hay una pieza que defiende algo importante y queremos que deje de hacer esta tarea. Para aprovechar esta situación, hay dos formas: atacarla o eliminarla. En la posición anterior, podemos atacar o eliminar esta pieza, vamos a ver cuál es mejor.
Atacar la pieza que defiende
Para atacar la pieza defensora, podemos hacer f4. Sin embargo, vemos que el alfil puede retirarse a la casilla d6 o b8 y seguir defendiendo la casilla c7. Por lo tanto, en este caso el ataque a la pieza defensora no es efectivo.
Eliminación de la pieza defensora
Para eliminar la pieza que defiende la entrada de la torre en c7 podemos hacer Txe5. El negro debe capturar nuestra torre con fxe5 y finalmente cumplimos nuestro objetivo con Tc7+, en la siguiente jugada nos comemos el alfil y nos quedamos con material de ventaja. En este caso la mejor opción era eliminar a la pieza defensora.
A menudo, la eliminación de la pieza defensora es más potente que el ataque a esta pieza. Sin embargo, depende mucho de cada situación.
El ataque a la pieza defensora es una táctica que, aunque puede parecer básica, es muy efectiva si se ejecuta correctamente. Dominar este tema táctico te ayudará a rematar eficazmente muchas de tus partidas. Si quieres entrenar el ataque a la pieza defensora, entra en el siguiente enlace y ¡practícalo!